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Por Khevin Sánchez Zamora (Programa de Escritores Babaluum)
El ejercicio del derecho ha cambiado radicalmente en los últimos cuarenta años. Un abogado de 1970 podría tener más en común con un jurista de 1870 que con un joven abogado de 2024. En aquella época, el oficio jurídico consistía en lidiar con toneladas de papel, navegar por voluminosos expedientes y consultar libros de jurisprudencia en bibliotecas polvorientas. Hoy, el expediente se consulta en la nube, las normas se descargan de internet, y los dictámenes se redactan a través de softwares colaborativos.
La digitalización ha impregnado la práctica jurídica, y en los últimos años esta tendencia no ha hecho más que acelerarse.
Desde la aparición de modelos de lenguaje como ChatGPT en 2022, la automatización en el mundo del derecho ha tomado un carácter exponencial. Esta profesión, cuya esencia reside en el lenguaje, parece destinada a verse profundamente transformada por herramientas que procesan, analizan y generan texto de manera autónoma. En este escenario, el abogado contemporáneo enfrenta un dilema ineludible: adaptarse o quedarse rezagado. Lo que hoy es una ventaja competitiva —conocer y utilizar inteligencias artificiales en el trabajo jurídico— pronto será una exigencia básica para el ejercicio eficiente de la profesión.
Imagine el lector por un momento una audiencia en la que un abogado, habiendo utilizado la inteligencia artificial para procesar su caso, se presenta con un arsenal de contra-argumentos listos para responder a cada posible alegato de la contraparte. Esta escena, que hoy puede parecer excepcional, pronto se convertirá en la norma. Y aquellos que no dominen estas herramientas, ¿no estarán en una situación de desventaja frente a sus colegas más tecnológicamente versados? ¿No rozará la negligencia el no aprovechar estos recursos?
Ante la proliferación de "herramientas de IA" supuestamente diseñadas para abogados, es crucial ser cautelosos y examinar minuciosamente sus especificaciones. Muchas de ellas no son más que "GPT-Wrappers", sistemas que utilizan modelos de vanguardia como GPT-4, Gemini o Claude "por debajo de un velo", cobrando por servicios que podrían realizarse directamente con el modelo base. La clave está en aprender a manejar el modelo base, sea el que sea, en lugar de pagar por un envoltorio.
En este contexto, permítanme destacar tres herramientas que considero imprescindibles en el trabajo legal contemporáneo:
Herramientas de IA
1. Whisper:
Desarrollado por OpenAI, es un sistema de reconocimiento automático del habla que está transformando la forma en que los abogados manejan la documentación y el análisis de casos. Gracias a su entrenamiento con 680.000 horas de datos multilingües y multitarea, Whisper es capaz de manejar una amplia variedad de acentos, ruidos de fondo y terminología técnica, lo que lo convierte en una herramienta excepcionalmente útil para transcribir audiencias, declaraciones y reuniones.
Con Whisper, basta con grabar el audio de cualquier audiencia o reunión y procesarlo a través de la plataforma. En cuestión de minutos, el abogado tendría una transcripción precisa y completa de todo lo dicho, lo que le permitiría revisar y analizar los testimonios con mayor facilidad y eficiencia. Pero las ventajas de Whisper van más allá de la simple transcripción. Al tener un registro textual completo de una audiencia o una reunión, los abogados pueden utilizar herramientas de búsqueda y análisis de texto para identificar rápidamente información clave, como nombres, fechas o términos legales específicos. Esto puede suponer un ahorro significativo de tiempo y esfuerzo en la preparación de casos y en la identificación de puntos clave para la estrategia legal.
2. GPTs personalizados de OpenAI:
En esencia, un GPT personalizado es un chatbot que se adapta a las necesidades específicas de un abogado o equipo legal. Estos chatbots se componen de tres elementos clave: instrucciones personalizadas, un contexto específico y la capacidad de responder teniendo en cuenta estos dos elementos.
Las instrucciones personalizadas son las directrices que se proporcionan al GPT para definir su comportamiento y las tareas que debe realizar. Por ejemplo, se le puede instruir para que actúe como un asistente legal especializado en derecho laboral, o para que genere borradores de contratos siguiendo ciertas pautas específicas.
El contexto específico se refiere a los documentos y la información que se proporcionan al GPT para que pueda responder de manera precisa y relevante. Esto puede incluir leyes, sentencias, contratos, o cualquier otro documento legal que sea pertinente para las tareas que realizará el chatbot.
La combinación de instrucciones personalizadas y contexto específico permite que el GPT personalizado responda de manera adaptada a las necesidades del abogado o equipo legal. Por ejemplo, si se le proporciona un contrato y se le pide que identifique posibles riesgos, el chatbot no solo buscará cláusulas problemáticas en base a su conocimiento general, sino que también tendrá en cuenta las instrucciones específicas proporcionadas y el contexto del contrato en cuestión. Esta capacidad de adaptación hace que los GPTs personalizados sean herramientas excepcionalmente flexibles y útiles para una amplia variedad de tareas legales. Ya sea para la redacción de documentos, el análisis de riesgos, la búsqueda de información legal relevante o la generación de respuestas a consultas frecuentes, estos chatbots pueden ser adaptados para satisfacer las necesidades específicas de cada abogado o equipo legal.
3. Projects de Claude:
Cuando se trata de modelos de lenguaje avanzados, Claude de Anthropic se destaca por su excelencia estilística, retórica y argumentativa. Estas habilidades son especialmente valiosas en el ámbito legal, donde la capacidad de expresarse de manera clara, persuasiva y lógica es fundamental. Pero las habilidades de Claude van más allá de la excelencia estilística. Su rendimiento en la prueba de la aguja en el pajar es un testimonio de su precisión matemática y su capacidad para procesar y extraer información relevante de grandes volúmenes de datos. La prueba de la aguja en el pajar es una técnica utilizada para evaluar la capacidad de un modelo de lenguaje para encontrar información específica y relevante dentro de un conjunto de datos muy amplio y, a menudo, irrelevante.
En otras palabras, es como buscar una aguja (la información relevante) en un pajar (una gran cantidad de datos). Lo impresionante de Claude es que puede procesar documentos de hasta 200 páginas y extraer la información relevante con una precisión del 99.4 por ciento en la prueba referida.
FIGURA 1: Tabla comparativa del promedio de recuperación logrado por los modelos de Anthropic en la prueba de la aguja en el pajar.
En el contexto legal, donde los casos a menudo implican la revisión de grandes cantidades de documentos, esta capacidad es invaluable.
Una de las funcionalidades más destacadas de Claude es Projects, que permite crear espacios de trabajo personalizados para gestionar tareas específicas. Con Projects, los abogados pueden cargar documentos y archivos relevantes para que Claude los utilice como contexto al generar respuestas y contenido. Esto significa que Claude no solo se basa en su conocimiento general, sino que también tiene en cuenta la información específica proporcionada en cada proyecto. Además, Projects permite definir instrucciones específicas para cada espacio de trabajo, lo que significa que el comportamiento de Claude puede adaptarse según las necesidades de cada caso o tarea. Por ejemplo, se le puede instruir para que se centre en la terminología y las normas de una jurisdicción específica, o para que adopte un tono más formal o técnico según el tipo de documento que se esté redactando.
Otra ventaja de Projects es que facilita la colaboración y el intercambio de conocimientos entre los miembros de un equipo legal. Los espacios de trabajo pueden ser compartidos, lo que permite que varios abogados accedan a la misma información y trabajen juntos en la generación de contenido.
Si bien Projects y el resto de herramientas antes referidas ofrecen una plataforma robusta para la potenciación del trabajo legal, es fundamental que los abogados sean conscientes de las limitaciones inherentes a las herramientas de inteligencia artificial. Estas funcionalidades permiten un manejo más eficiente de la información y una mejor adaptación al contexto específico de cada caso, pero no eximen al profesional de su responsabilidad de verificar la precisión de los datos utilizados. En el ámbito legal, contar con información precisa es crucial, y el uso de IA debe ser complementado con una revisión rigurosa por parte del abogado para garantizar la veracidad y la exactitud de todos los detalles citados.
Es absolutamente crucial verificar siempre la precisión de los datos relevantes citados en documentos que hayan sido creados, en alguna medida, con la asistencia de inteligencia artificial. No hay excepciones a esta regla.
Incluso los modelos de lenguaje más avanzados, como Claude, pueden ocasionalmente generar información errónea o imprecisa. Aunque estas herramientas son excepcionalmente capaces, no son infalibles. Y en el contexto legal, incluso un pequeño error puede tener consecuencias significativas.
Es importante recordar que la responsabilidad final de la precisión y la veracidad de la información presentada recae en el abogado, no en la herramienta de IA. El papel de la IA es asistir y agilizar el trabajo legal, no reemplazar el juicio y la diligencia profesional del jurista.
Entre los datos relevantes que siempre deben ser verificados se incluyen fechas, números de casos, citas legales, nombres de las partes involucradas, cantidades monetarias y cualquier otra información fáctica citada en el documento. Cada detalle debe ser contrastado con las fuentes originales para asegurar su exactitud.
Por lo tanto, es altamente recomendable que cualquier abogado o bufete que utilice herramientas de IA establezca un protocolo de revisión riguroso para todos los documentos generados con asistencia de estas tecnologías. Este protocolo debe ser aplicado de manera sistemática y sin excepciones.
La transformación digital en el ejercicio del derecho es una realidad innegable. Con la llegada de modelos de lenguaje avanzados como ChatGPT, Claude y otros, esta tendencia se ha acelerado exponencialmente. Para el abogado contemporáneo, adaptarse y dominar estas herramientas no es una opción, sino una necesidad para mantenerse competitivo en un entorno cada vez más tecnológico. Aprender a utilizar los modelos base, en lugar de depender de "wrappers", es clave para aprovechar al máximo el potencial de la IA en el ámbito legal. Herramientas como Whisper para la transcripción automática, los GPTs personalizados para tareas específicas y Projects de Claude para la gestión de casos demuestran la amplia gama de aplicaciones de la IA en la práctica jurídica.
Sin embargo, con este gran poder viene también una gran responsabilidad. Es crucial recordar que, incluso con las herramientas más avanzadas, la responsabilidad final de la precisión y la veracidad de la información recae en el abogado. Verificar siempre los datos generados por IA es un deber ineludible.
Establecer protocolos rigurosos de revisión debe ser una prioridad para cualquier jurista que se aventure en este nuevo mundo Solo a través de un uso responsable y diligente de la IA podremos aprovechar su inmenso potencial para mejorar la eficiencia, la precisión y la accesibilidad de los servicios legales.
BIBLIOGRAFÍA:
Anthropic, The Claude 3 Model Family: Opus, Sonnet, Haiku, reporte técnico (marzo de 2024), https://www-cdn.anthropic.com/de8ba9b01c9ab7cbabf5c33b80b7bbc618857627/Model_Card_Claude_3.pdf
Anthropic Help Center. "What Are Projects?" Centro de ayuda de Anthropic, última actualización hace más de un mes. Consultado el 3 de noviembre de 2024. https://helpcenter.anthropic.com/articles/what-are-projects.
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OpenAI. "Introducing Whisper." OpenAI, 21 de septiembre de 2022. Consultado el 3 de noviembre de 2024. https://openai.com/announcements/introducing-whisper.